Foto Jonny Lindner

VENCER LOS MIEDOS

 

Cualquier acto valeroso implica derrotar al miedo. Sin temor, no puede haber actos de valentía y arrojo. El miedo forma parte de nuestra incierta existencia y nos acecha a todos en uno u otro momento,…a veces durante toda nuestra vida, pero es el modo de afrontarlo lo que realmente divide a las personas en valientes y cobardes. El miedo es algo inherente al pensamiento humano, a la reflexión. Es una emoción antigua y poderosa que nos ha permitido sobrevivir pero que no podemos permitir que nos controle. Debe activar, nunca detener, porque el temor a la deriva, paraliza y destruye. Vivir presa del miedo no es vivir. 

Y como al noble bruto, siempre es más peligroso aquel que más teme, porque sus reacciones son siempre impredecibles. El miedo torna lo posible en imposible, porque lo que más se teme es lo desconocido o aquello que habiéndose vivido antes, ha dejado a su paso cicatrices «El que naufragó en el pasado, tiembla incluso ante las olas más tranquilas», aseveraba el poeta romano Ovidio Nasón. El camino hacia el entendimiento, hacia la comprensión de las cosas, alivia el temor e infunde fuerza.

Sólo se vence al miedo con pasión. Cuanto más se comprende, más se ama y menos se teme. Reconocer el temor es ya en sí un acto de valor. No permitir que nos domine hace aflorar el coraje y alimenta la nobleza del espíritu, aliviando el sufrimiento y soltando lastre para poder seguir avanzando.