LLEI D'ART 13

Durante el siglo XIX la pintura académica predominó en la producción artística. Se consideró arte académico aquel que respondíaal gustode laAcademiadeBellasArtesdeFrancia. Sentaba sus bases en el estudio del desnudo, la corrección estilística, el dominio del dibujo sobre el color y el equilibro de las composiciones. Partiendo de la tradición clásica, el arte académico buscó la manera de emular los grandes génerosde lapintura tradicional: pinturadehistoria, el mito y el desnudo, la religión, el orientalismo, el retrato, el paisaje y la pintura de género, que comprende naturalezas muertas y escenas anecdóticas. Los artistas académicos han sido vistos tradicionalmente como contrapeso del arte realista e impresionista, aquel que acabaríadesembocandodirectamenteen lasvanguardiasdel siglo XX. Hoy podemos aseverar que pintores como Jean- Léon Gérôme, Alexandre Cabanel o William Bouguereau trataron de modernizar una tradición basada en la devoción aun ideal debelleza eterno, que encontraba sumásperfecta expresión en la escultura griega. Todo ello tenía lugar en medio de épocas convulsas y tras profundas transformaciones a causa de las sucesivas revoluciones políticas, económicas y sociales del siglo XIX, en los que el desarrollo de la arqueología había mostrado una Antigüedad heterogénea y cambiante, y en los que las fórmulas estéticas y morales impuestas desde el neoclasicismo seestabanagotando. Estospintores, además, no siempre gozaron del favor del público, de la Academia ni de la crítica, sino que intentaron adaptar a su manera la tradiciónde lagranpinturaaunmundoqueparecíadescubrir la volatilidaddel gusto y de lamoda. Amediadosdel sigloXIX laAcademiadeBellasArtes francesa pasópaulatinamenteaconvertirseenuna instituciónpública, dependiente de unos poderes eminentemente burgueses. El Salón, que de ella dependía y cuyoorigen se encuentra en la exposición celebrada en 1763 en el Salón Carré del Louvre, de donde toma su nombre, es una institución cada vez más abierta, que comenzó a difundir el gusto y también lamoda, adquiriendogran influenciaen lacultura francesayenel resto deEuropa.Apartirdeestemomento, enelSalónseunirían las distintas fuerzasque ibanaconfigurar el gusto: el jurado, que representabaa laagonizanteAcademia, lospoderespúblicos, principales compradores de las obras expuestas, y, por primeravez, el públicoy lanacientecríticadearte, principales protagonistas de la democratización del arte, en el sentido que le damos actualmente. Los artistas e intelectuales de la época fueronmuy sensiblesalmalestar quecreabaelmundo moderno, el positivismo y la industrialización (el spleen de Baudelaire) yaesemundodesconcertantey llenodecambios que iba perdiendo las grandes convicciones inamovibles de la tradición. A todas estas cuestiones respondieron con una huida al pasado, pero también a lo exótico y lejano. No negaron el mundo moderno, sino que ayudaron a configurarlo, sustituyendo un modelo perfecto, armónico y estable, propio de la tradición y de la Academia, por otro inestable, convulso y a veces hasta violento y delirante a través de una pintura que refleja una sociedad y un mundo que desaparecerán ambos en el sigloXX con la llegada de la PrimeraGuerraMundial. Pinturas académicas del SalóndeParis Colecciones delMuseodeOrsay Hasta el 3 deMayo de 2015 Comisariada por Pablo Jiménez Burillo y Guy Cogeval Exposición organizada y realizada con la colaboración científica y los préstamos excepcionales del Museo de Orsay FundaciónMapfre (Madrid) El canto del cisne LéonBonnat. Job , 1880.MuseodeOrsay, París ©RMN-GrandPalais (MuseodeOrsay) FotoRené-Gabriel Ojéda 12

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