LLEI D'ART 3
16 LLEI D’ART emociones o sentimientos íntimos del pintor. El dibu- jo en cambio ha sido una expresión más libre, más espontánea, al servicio de lo descriptivo. Póngase el caso de los dibujos científicos de Leonardo. El dibujo ha sido la herramienta base para arquitectos, diseña- dores y para quién quiera explicar algo más allá de las palabras. Afortunadamente deja también un amplio margen en la expresión de sentimientos, sean éstos negativos o positivos, uno de ellos sin duda el humor. Estos sen- timientos son también atribuibles a la pintura, si bien el humor en ella no es un instrumento para hacer reír sino más bien un reflejo espiritual. Nadie puede dis- cutir el humor en la pintura de Miró, Picasso, Klee o Botero pero no por ello podrán calificarlos de humo- ristas. El dibujo pasa a ser una herramienta descriptiva mu- chas veces al servicio de un texto. Con los inicios de la prensa el dibujo fue con el humor el barómetro más influyente de la política. Dibujantes lograron de la caricatura una nueva ca- rrera profesional. En buena medida estas nuevas formas de influir en la población a través de la sátira fueron restando importancia al dibujo en su valora- ción artística. El propio dibujante valoró poco su trabajo y dejaba abandonados muchas veces sus dibujos en los ca- jones del diario donde le publicaban. En el caso de España esto es patente. Aquí el término “artes gráfi- cas“, curiosamente, tiene una valoración distinta a la expresión “Graphic Arts”. Siendo la española un ele- mento más de la prensa pura y dura, la expresión in- glesa dignifica más el grafismo en el ámbito del arte. Afortunadamente el campo de la ilustración en este país está amalgamando mejor los recursos de humor con lo plástico y el buen dibujo. Siento en mi caso que he sido un outsider con los peligros de no ser en- tendido. Tuve la suerte como niño de crecer en una casa donde mi padre, abogado, de origen alemán y buen caricaturista, tenía libros de dibujantes centro europeos del siglo XIX que me los devoraba a gusto. Desde luego me inicié con Wilhelm Busch, el más grande de aquella época. En mi juventud llegó a mis manos el libro “Todo en Líneas” de Saul Steinberg, el que me abrió los ojos respecto a que con humor podían reflejarse grandes ideas que no siendo chistes adquirían otra dimensión por su buen dibujo. “El humor en el dibujo siempre ha te- nido una función social que nos con- fronta con una realidad diferente” Descubrí que todos los requiebros de la Condición Humana podían expresarse por el humor a través de
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