LLEI D'ART 8

LLEI D’ART 98 tro de la fabulación lírica y metafórica del arte figurativo cubano contemporáneo, y en su aguda mirada decla- ra: “Sus personajes femeninos –una niña, ¿su hija?–, recorrerán reiterativos, como perseguidos por la lente, escenarios no por hiperrealistas menos mágicos, no por posibles menos alucinantes. El atractivo de su obra descansa en ese lirismo en circunstancia, la calma, la seducción onírica y los contrastes.” El concepto del personaje se sustrae a una explicación simbólica e iconográfica para la que Sandro se armó de recursos o elementos del entorno más cotidiano donde encontraba un nivel de imperfección cercano al nivel humano. Dicho así, personaje y fondo parecieran definir una imagen patética de la realidad, pero no era un fin centrarse en ella, sino partir de ella para intentar esta- blecer en el lenguaje y el espacio del arte un equilibrio entre dos fuerzas temporales que confluyen: el entorno físico, que permanece en el pasado, y su espíritu, que busca afanosamente el futuro conforme se acerca y pro- fundiza en el presente. Ambas han conducido a Sandro por un camino muy personal donde ha podido encontrar la explicación a su realidad, que no encuentra en otros discursos. Se reconoce en su estructura el uso de la fotografía –que le viene del gusto por la precisión y el detalle–, si bien no es más que un complemento de su pintura, ya que le permite dar la apariencia de realidad cuando ésta se convierte en escenario para dar a cono- cer una idea generalmente asociada a la sensación de pérdida, soledad o abandono. Las obras descubren una suerte de collage en la manera como están compuestos los cuadros, yuxtaponiendo figuras, texturas, ropajes, y en los modos en los que la figura humana es artificial- mente alterada. Ambos recursos están al servicio de la búsqueda de asociaciones visuales y conceptuales que mantienen el rol metafórico de las imágenes. En esa práctica recolectora, y por demás acertada, que precede a la imagen definitiva expresada a través de un solo cuerpo (el de la niña), se devela un protagonis- mo del propio artista que insiste en establecer vínculos con preocupaciones sociales y humanistas, a la vez que estéticas. Su obra carece de adornos a pesar de ser estética. Su gran cualidad está en saber combinarla con un nivel muy alto de complejidad conceptual, que en ocasiones es desatendido por una mirada crítica que se detiene solo en la belleza de las formas y el color, y no reconoce conceptos y procesos que la obra encubre. Su intención es justamente ser objetiva, y a la vez viva y optimista, no hay rencor, ni confrontación, es una obra que está resuelta a buscar la verdad y la belleza que ha sido proscrita del lenguaje del arte contemporáneo, y que la hacen hoy mucho más plena y completa. Desde hace algunos años Sandro de la Rosa expo- ne regularmente en la localidad de Coral Gables, en La Florida, y en ferias internacionales por toda USA. Piezas suyas forman parte de numerosas coleccio- nes privadas. Próximamente se publicará en Alemania la Enciclopedia 100 Masters of the Realistic Imagery , perteneciente a la serie Who´s Who in Visual Art (Vol. 2012-2013), donde aparecerán imágenes de pinturas representativas del estilo del artista. Yissú Pedraza Licenciada en Historia del Arte

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